De normal no desperdiciaría mi tiempo con semejantes vírgenes como los que leen artículos de un blog, pero nunca he desestimado la ocasión de enseñarle a alguien la magia del flujo de capital; además, si me permiten sincerarme, me siento muy solo desde que la mayoría de mis amigos fueron enviados a prisión por lavado de dinero, y los conocidos que he hecho por Bumble BFF por alguna razón no responden a mis mensajes de texto después del primer encuentro, así que nos vendrían bien algunos nuevos compañeros de especulación tanto a mí como a mi dulce esposa, Cherry.
Oh, Cherry, chérie, mon chérie; disculpen si divago, pero no sería quien soy hoy si no fuese por ella. Le conocí en unas jornadas universitarias tituladas Crematística, o Cómo hacer tu primer millón con la Fenomenología del espíritu, y desde entonces nos hemos impulsado entre nosotros intentando superarnos el uno al otro: hace cuatro años, antes de ponernos anillo al dedo, firmamos un acuerdo prenupcial en el que separamos nuestros bienes, y así, cuando uno de nosotros llegue a su lecho de muerte, podremos comparar beneficios totales respectivos y ver quién se come el marrón final de ser el eterno segundón.
He tenido la dicha de que el destino haya puesto a esta persona en mi vida, siendo no sólo una fuente de competitividad y apoyo constante, sino también gracias a quien tuvimos el coraje de despedir a nuestro jefe y ser dueños de nuestra propia empresa. Ahora nuestra jornada termina cuando queramos tomar una bebida energética y correr de vuelta a nuestro hogar por el carril bici: al principio de nuestro emprendimiento las victorias eran repartidas de manera algo intercalada, pero desde hace un tiempo —desde aquella ocasión en que me lastimó con unas chinchetas que aventó en mi camino para tener ventaja estratégica [joder, la amo, cómo la amo]—, nos hemos sincronizado biológicamente y solemos llegar a la vez, por lo que entramos juntos a la bañera y nos duchamos con los trajes puestos para no gastar dinero en coladas.
Tras ello, habiendo puesto nuestra ropa encima de la calefacción principal del vecino, me dirijo a la habitación, froto mis palmas, bajo mis boxers hasta mis tobillos y los pateo a la copa de mi cama; Cherry exclama “come here, lover boy” mientras Google Home empieza la reproducción de la banda sonora de Dirty Dancing, y salto en mi colchón como si fuese una piscina a practicar con mi maravillosa esposa las posiciones nuevas que aprendí en el audiobook del Kamasutra mientras venía a casa.
Cuando hemos terminado, reposamos las nucas en nuestros collarines de viaje mientras suspiramos con el orgullo de ser las personas que somos, y nos deslizamos en nuestros sueños pensando en la gloria de los Estados Unidos de América.
Pero esto es suficiente contexto. He venido a compartir mis cinco principios de hustler organizados con viñetas para hacer la lectura más rápida; porque el tiempo es oro, y el oro es dinero, y si no estoy haciendo dinero entonces no estoy haciendo tiempo. O algo así. No derrocho tiempo pensando en la lógica de mis pensamientos.
- Sueña mientras estás despierto: mientras duermes, siempre hay alguien en algún lugar del mundo trabajando por atrapar los billetes que estás dejando pasar. Esta es una artimaña que la bolsa no quiere que conozcas: se llama diferencia horaria, y la única solución es la indiferencia biológica: emplea 20% de tus ingresos en derivados del café, y duerme sólo 20% de tu día. Depende de ti en qué hemisferio se quedan tus euros. Hustle.
- Aprende por tu cuenta: no me canso de decir que ninguna academia va a enseñarte a evadir impuestos, llegar a paraísos fiscales y encontrar vacíos legales en los contratos de trabajo de tus empleados. Algunas cosas sólo se aprenden haciendo. Esto es algo que no todos entienden. Experience.
- Sé el cambio que quieres ver en los demás: el amor no suele mezclarse bien con los negocios. Es una lección que aprendí mientras trataba de enseñársela a mi hermano en diciembre de 2017, cuando, en medio de la mayor caída que el Bitcoin había visto, le explicaba la necesidad de mantenerse al tanto de la pantalla por novedades de una oportunidad que no se presenta dos veces en la vida, intentando que entendiese que él tampoco podía desperdiciarla yendo al funeral de nuestra prima. Ahora, si bien es cierto que hoy en día nuestra familia tiene contacto sólo con él, ¿sabes quién de los dos ha tenido la oportunidad de estrellar su propio Lamborghini y ha podido liquidar al instante cada una de sus fianzas tras ser arrestado por DUI? Si nos estamos entendiendo, creo que ya conoces la respuesta. Keep grinding.
- Materializa tus pensamientos: si no estás en múltiples secciones de comentarios cada día, no lo estás intentando lo suficiente. Si quieres ser pobre, acéptalo: no queremos tu negatividad de este lado del charco. Stay positive.
- Vive, ríe, y ama. Canta como si nadie escuchase, baila como si nadie viese, y vuelve a querer como si nadie te hubiese lastimado. El ayer es historia, mañana es un misterio y hoy es un regalo: por eso se llama presente. Cliché.
No hay tiempo para conclusiones.
Shout out a nuestro bebé, Cash Money, a quien vemos los fines de semana por no trabajar las guarderías.
Amancio Ortega (el bueno), martes 01 febrero 2022